NOTA: Esta es una receta familiar, y NO forma parte de las recetas y cortes BLW para iniciar la alimentación complementaria.
Los tres secretos que necesitas para tener las semillas de calabaza más ricas y versátiles están acá! Es simple, pero vas a necesitas paciencia. Es casi como meditar, y si tienes hijos es una actividad que me vas a agradecer porque los vas a poder entretener por un laaaargo tiempo.
INGREDIENTES
- Semillas calabaza, cantidad deseada.
- Agua
PREPARACIÓN
Separa las semillas de la calabaza (zapallo, auyama) y lávalas para quitarles el exceso de fibra y calabaza que puedan tener.
Secreto 1: Aplástalas.
Aplástalas suavemente con un uslero, y llévalas a una olla para cubrirlas con agua.
Secreto dos: Hiérvelas.
Tapa la olla, y cuenta 5 minutos desde que el agua comience a hervir.
Con la ayuda de un colador elimina el agua de la olla, y una vez que las semillas ya estén tibias puedes empezar a pelarlas. Para eso, apriétalas una a una de los bordes para que se abra uno de los extremos y tira una de las mitades de la cáscara para sacar la semilla que vas a encontrar dentro.
Secreto 3: Sécalas
Una vez que las tengas todas peladas, ponlas sobre una servilleta de tela y llévalas al sol por todo un día, o hasta que estén secas. Si las pelaste en pleno invierno y no hay posibilidad de dejarlas al sol, las puedes llevar al horno en una lata o budinera. Mejor aun si lo haces después de haber horneado algo y con el horno apagado.
Antes de secarlas les puedes agregar sal, merkén, ajo, o lo que prefieras, pero te recomiendo no hacerlo si no tienes muy claro en qué usarlas. De esta forma van a servir tanto para preparaciones dulces como saladas.
Guárdalas en un frasco con tapa hermética por el tiempo que quieras!